FILOSOFÍA CLASE 2 30/03
CLASE 2
ENTREGA 6/4
Cuando se habla de Filosofía la reconocemos por su
definición como amor a la sabiduría. En muchos análisis se hace referencia a un
pasaje del pensamiento mitológico a uno que trata de hallar las explicaciones utilizando
la razón, indagando, realizando una y otra vez preguntas que permitan aclarar
el significado de las cosas sin recurrir al pensamiento mágico. Algunas
preguntas que pueden servir para pensar en esto:
¿Será así?
¿Toda explicación se fundamenta solo desde la razón
tal como la entendemos?
¿Ha muerto el mito para dar paso a la razón de manera
definitiva?
¿cuántas creencias tienen que están llenas de
pensamientos mágicos?
Horóscopo, cábalas, amuletos, estampas, medallas,
pulseras, cintas, forman parte de nuestra cotidianidad.
Les propongo la lectura siguiente que permitirá
reflexionar sobre el lugar que ocupa el pensamiento mitológico en nuestra
sociedad.
Escribirán un texto donde se reflexione en base al fragmento
que comparto a continuación y además sobre aquellos mitos que aún seguimos
sosteniendo como mitos urbanos o mitos trasmitidos como parte de una costumbre
familiar.
Los invito a pensar en todas aquellas acciones que esperan
se resuelvan mágicamente, cuánto de ellas son objetivas. Espero me cuenten. Y
les dejo otra pregunta ¿Acaso el pensamiento mágico no es también racional?
MITO Y REALIDAD Mircea Eliade
MITOS Y «MASS-MEDIA» (medios
de comunicación masiva)
“Recientes
investigaciones han puesto en claro las estructuras míticas de las imágenes y
de los comportamientos impuestos a las colectividades por la vía de los mass-media.
Este fenómeno se da, sobre todo, en los Estados Unidos. Los personajes de
los comics strips (historietas ilustradas) presentan la versión moderna
de los héroes mitológicos o folklóricos. Encarnan hasta tal punto el ideal de
una gran parte de la sociedad, que los eventuales retoques impuestos a su
conducta o, aún peor, a su muerte provocan verdaderas crisis entre los
lectores; éstos reaccionan violentamente y protestan, enviando millares de
telegramas a los autores de los comics strips y a los directores de los
periódicos. Un personaje fantástico, Superman, se ha hecho
extraordinariamente populares gracias, sobre todo, a su doble identidad:
descendido de un planeta desaparecido a consecuencia de una catástrofe, y
dotado de poderes prodigiosos, Superman vive en la Tierra con la
apariencia modesta de un periodista, Clark Kent; se muestra tímido, eclipsado,
dominado por su colega Lois Lane. Este disfraz humillante de un héroe cuyos
poderes son literalmente ilimitados repite un tema mítico bien conocido. Si se
va al fondo de las cosas, el mito de Superman satisface las nostalgias
secretas del hombre moderno que, sabiéndose frustrado y limitado, sueña con
revelarse un día como un «personaje excepcional», como un «héroe».
La novela
policíaca se prestaría a observaciones análogas: por una parte, se asiste a la
lucha ejemplar entre el Bien y el Mal, entre el Héroe (= el detective) y
el criminal (encarnación moderna del demonio). Por otra parte, por un proceso
inconsciente de proyección y de identificación, el lector participa del
misterio y del drama, tiene la sensación de participar personalmente en una
acción paradigmática, es decir, peligrosa y heroica.”
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